Creer que ya estamos determinados a vivir la vida que vivimos, a tener la situación por la que pasamos, a vivir aún la vida cristiana de la forma en que la vivimos es un error, estamos en ese caso, como la mujer samaritana de Juan 4. Ella creía que con quien hablaba era cualquiera, pero ella estaba ante Jesús, el hijo de Dios, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Lo ejemplar de esta mujer es que estuvo dispuesta a reconocer su necesidad y a acudir al Señor que le podía dar esa fuente de agua viva en su interior (Si quieres oír acerca del agua de vida, puedes dar click aquí o si quieres seguir oyendo la segunda parte de este mensaje da click aquí.)
Te invito a oír el siguiente podcast:
Querido amigo, una vez has escuchado este mensaje, el llamado de Dios sigue estando ahí para ti. Si quieres hacer una oración de fe para recibir a Jesucristo como tu Señor y Salvador puedes hacer la siguiente oración. Pero te advierto: De nada servirá si no la haces con fe en tu corazón.
Señor Jesús, reconozco mi condición de pecador, reconozco que no he observado tus mandatos y te pido perdón. Hoy te acepto como mi Señor y Salvador y te doy el control de mi corazón. Límpiame con tu sangre preciosa. Inscribe mi nombre en el libro de la Vida y ayúdame a perseverar hasta el final. Amén
Si la has hecho con fe, ahora eres un hijo de Dios "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" Juan 1:12. Sigue acercándote a Dios a través de tu palabra.
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