Las difíciles situaciones, la adversidad, el ser heridos, el padecimiento a veces llega a un punto que ocupa del todo nuestra mente y con ello más consecuencias negativas como el desánimo espiritual, la enfermedad, el estrés, etc. Es normal que el creyente también pase por el valle de las lágrimas, pero de antemano sabemos que lo cambiaremos en fuente, cuando la lluvia de lo alto llena los estanques (salmos 84:6). Hoy la Palabra nos instruye sobre qué hacer en momentos de densa oscuridad, cuando ya nuestros pensamientos agotaron las opciones y persiste en nosotros un pensamiento de derrota que nos hace considerar la alternativa de claudicar. Esa Palabra de hoy llega para corregir algo en nosotros: Nuestros pensamientos. Jeremías en algún momento pensó dejarlo todo, consideró rendirse "Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude." Jeremías 20:9. Renove...
¡BIENVENIDO! El Señor te bendiga grandemente. En este blog encontrarás el consejo de Dios para tu vida. Disfruta de las dos categorías: "INCONVERSOS" para los no creyentes; e "Iglesia de Cristo" para los que andan en el glorioso Evangelio de Jesucristo.